🫧 Hola, queridísime lectorx 🫧
Espero que hayas empezado el año con tranquilidad, buena compañía y paciencia por los días que vendrán. Yo amoldándome a cambios, pero contenta y esperanzada. Empecé 2024 de la mejor manera, celebrando la pedida de una persona a la que quiero mucho. Abajo podéis ver una foto borrosa -o moderna- de su precioso vestido <3
Disfruté del club de poesía torcida de enero en Llibreria Llavors, charlando sobre Sennah Yee con Alba G. Mora, la editora y traductora de su poemario. Fui al concierto del Morad y canté muchísimo. Y presentamos el número 8 de la revista Des de ja, de las vecinas de La Florida y Las Planas que edita semestralmente LaFundició. Alba G. Mora, de nuevo, escribió un texto sobre Mijina (Gracias, Alba!). Y por último… Lala cumplió años y celebramos la vida <3



Motherlode
Escribe Sennah Yee en ¿Cómo me ves? editado por Paloma Ediciones y traducido por Alba G. Mora:
Sarah y yo siempre jugábamos a Los Sims con versiones de nosotras mismas, de los Sk8ers que nos molaban, de los famosos que nos molaban (Era la época de Brad Pitt y Edward Norton en El club de la lucha), y de nuestros enemigos. […] Hicimos trampas para poder ser siempre felices, ricas y jóvenes. Nos olvidamos de que los Sk8ers pasaban de nosotras, de que Brad y Edward ya no tenían tan buena pinta, de que sentíamos lástima por nuestros enemigos.
Recuerdo apuntar en una libreta 'Ctrl' + 'Shift' + 'C' y MOTHERLODE para hacer trampas y ganar dinero en Los Sims 2. Alguien nos lo chivó a mi hermana y a mí. Desde entonces, no tener dinero no era una preocupación, tampoco ganarlo. Con una combinación de teclas en nuestro ordenador, ya estaba solucionado. Podíamos ser quienes quisiésemos. Cocinar las mejores recetas, cuidar de nuestras mascotas en nintendogs o hacer caso a nuestro a tamagotchi y, unos años después, cuidar a nuestro pou. A veces, ese mundo digital, el de los juegos de chicas, o como quieras llamarlo, parecía permitirnos performar una realidad que era imposible alcanzar fuera de nuestras pantallas.
Todes odiamos a Tom Nook
Tuve una pequeña casa de madera, con lo necesario para vivir. Era feliz, aunque debía pagar una hipoteca que, a medida que reformaba mi humilde choza, era más cara. Aún así, ganar dinero no era tarea difícil: agitar los árboles hasta que caían saquitos llenos de bayas -nuestra moneda-. Otra opción era pescar. A veces, me distraía mirando las flores, recogiendo fruta, rebuscando entre la tierra para encontrar los fósiles más preciados del lugar. Pero todes hemos odiado al dueño de la tienda del pueblo, al dueño de todas las cosas, la persona a quien le debía de pagar la hipoteca, Tom Nook.
Jugando al Animal Crossing con mi Nintendo DS aprendí que el mundo “real” y el de detrás de la pantalla podían ser muy parecidos. Por aquel entonces tenía siete años -me acuerdo perfectamente, porque mi DS me la regaló mi yayo, una nintendo de segunda mano, azul clarito, y esto pasaba un año antes de que muriera-. A lo que iba: tenía siete años y podía vivir sola, en una casa, teñirme el pelo de rosa o del color que quisiese y diseñar mis propias prendas de ropa. Podía ser otra persona, otra “yo”, nombrarme de manera distinta, ser____otra. Escribe Legacy Russell en Feminismo Glitch:
El uso de internet para jugar, explorar y actuar todavía tiene potencial, y el hecho de darnos un espacio para experimentar quizá podría acercarnos a una proyección de un futuro sostenible.
En el mundo digital —que no está separado del que podríamos denominar “real”— hay normas y leyes del juego. Sin embargo, Russell destaca la posibilidad de glitchear la norma, de hacer que de repente haya un error, un glitch en la superficie que nos permita imaginar otro mundo posible, otra identidad, incluso:
El feminismo glitch otorga importancia a los yoes que creamos con los yoes de internet. El feminismo glitch deja espacio para la realización de otras realidades, dondequiera que uno se encuentre.
Mi primer coche
Rojo eléctrico y brillante. Mi primer coche me lo trajeron los Reyes Magos. Era un cachibache que no corría mucho, pero yo era la única niña de mi clase con un coche teledirigido. A través del juego y de estamparlo contra todas las puertas de mi casa, sentía que había algo en mí que dejaba de ser yo, la Núria que debía ser, para convertirse en otra cosa que no tenía nombre. La misma sensación se acaparaba de mí cuando mi madre me regaló la Gameboy de mi tío. Pasé las tardes jugando con la maquinita a Mario Bros -una versión en blanco y negro, antigua- y, más tarde, a Pokémon, cuando mi primo me prestó sus juegos que ya eran vintage para él. La misma sensación cuando esperaba con ansias el día de visitar a mi primo, porque implicaba jugar toda la tarde al Mario Kart. Sí, amé el Mario Kart y era buenísima, todo sea dicho. La misma sensación cuando me decían ¡qué chula tu sudadera! y yo sonreía, sintiéndome la más chula del barrio, con una prenda de la sección de niños de la tienda de ropa del momento. La misma sensación de dejar de ser algo, de dejar de ser alguien para les demás y empezar a ser alguien____para mí.
Mi primer coche no fue rojo eléctrico y brillante. Mi primer coche era rojo pixelado y lo conducía, casi siempre, Mario Bros, deslizándose por un puente de luces arcoíris.
Gracias, de verdad, miles de gracias, por leer y estar aquí, virtualmente, conmigo: Alba, Lorena, Alice, Alba, Laura, Natalia, Álex, Carla, Sara, Sergio, Patricia, Anabel, Andrea, Nai, Fernando, Héctor, Clar, Marc, Fernando, Paula, Isabel, Nuri, Nicoll, Anna, Milena, Maria, Anna, Lala, Tanit, Cris, Sandra, Irene, Daniel, Ari, Vinyet, Laura, Ana, Carmen, Graciela, Marta, Júlia, Martina, Oumayma, Sofía, Eva, Jan, Aitana, Yoli, Àngels, Valentina, Ferran, Mónica, Camil·la, Montse, Nis, Brenda, Paula, Miriam, Júlia, Alba, Narjis, Juls, Ruuby, Fresi, Felipe, Alba, Sandra, Nagore, Andrea, Helena, Joaquina, Jowy, Mireia, Laura, Marina, Enric, Alba, Lau, Cris, Maria, Eli, Ignasi, Paula, Bernat, Flor, Isa, Olaya, Antonio, Micaela, Brigitte, Liv, Mar Arnau, Anna, Maria, Miguel, Rosa María, Helena, Raisa, Daniel, Ainoa, Irene, Teresa, Suiry, Natalia, Júlia, Sara, Marina, Julia, Don Mendo, Alexandra, Stephany, Paula, Belén, Luisa, Julia, Joel, Mariana, Leandro, Alba, Joel, Nayara, Júlia, Nazaret, Sofía, Cristina, Judith, Drew, Nari, Júlia, Helena, Natis, Vicky, Eneko, Desireé, Flor, Andrea, Helena, Lydia, Laia, Laura, Isabel, Irene, Sofía, Elisenda, Yesi, Lluna, Luis, Felipe, Esther, Mónica, Anna, Sonia, Paco, Andreu, Daniel, Mila, Cristina, Javi, Vero, Sara, Marina, Lívia, Carles, Claudia, Julia, Marta, Marcel, Linda, Nerea, Yesi, Guiu, Lidia, Abril, Lorién, Beatriz, Mar, Azahara, Marta, Esther, Igone, Gabriela, Paula, Olympia, Sílvia, Laura, Mónica, Beatriz, Silvia, Verónica, Isa, Patricia, Beatriz, Lara, Rebeca, Ander, Jessiga.
Si no ha aparecido tu nombre en la lista anterior y te apetece leerte por aquí, házmelo saber. Tal vez tu dirección de correo electrónico no me permite adivinar cómo te llamas. O, también, escríbeme si prefieres que te nombre de otra manera <3
Puedes leer más cositas que escribo, aquí. Este mes, en el Club de Poesía Torcida, leemos a Pol Guasch. Más info, aquí. ¿Nos vemos? Gracias por la confianza, y… ¡viva la literatura que hacemos nuestra mediante la lectura, la escucha, acompañades, en solitud o en comunidad! Besitos y… escuchad este temazo <3
"Mi primer coche no fue rojo eléctrico y brillante. Mi primer coche era rojo pixelado y lo conducía, casi siempre, Mario Bros, deslizándose por un puente de luces arcoíris" Me muero con esta última frase :_____) qué lindura
Real